¿Quién fue Guillermo E. Hudson?

 


Guillermo E Hudson nació el 4 de agosto de 1841, fue el cuarto de seis hermanos. Sus padres –Daniel Hudson y Caroline Augusta Kimble habían llegado de Estados Unidos en 1833 y habían comprado una pequeña estancia en lo que es hoy partido de Florencio Varela. La estancia se llamaba Los 25 ombúes porque efectivamente había 25 ombúes allí y varias leyendas relacionadas con estos árboles.

Cuando Hudson tenía unos cinco años, se trasladaron a la estancia Las Acacias, en Chascomús. Allí el padre tenía una pulpería y cría de lanares.

Guillermo Hudson nunca fue a la escuela, tuvo algunos maestros particulares por breves temporadas. Sin embargo, en su casa paterna, había una biblioteca de más de 400 volúmenes, toda una rareza por esos años en medio de la pampa.

Los libros fueron sus maestros. Pero su verdadera escuela fue la naturaleza, su pasión, su capacidad de observar, de guardar en la memoria:

Guillermo Hudson vivió en nuestro país hasta los 33 años. Para entonces, habían muerto sus padres, los hermanos se habían dispersado, se había perdido la pequeña herencia familiar. Hudson se había dedicado a viajar por el país, especialmente por lo que hoy es la Pcia. de Bs As y por toda la Patagonia y también por Uruguay y Brasil.

Autodidacta, se había formado como naturalista, especialista en ornitología, y durante estos años de viajes, se sostuvo observando y escribiendo sobre nuevas especies de aves que descubría y que enviaba a revistas científicas de Estados Unidos y de Inglaterra. También vendía pieles de pájaros o pájaros embalsamados para museos y sociedades científicas.

Sin embargo, el país cambiaba rápidamente, apenas podía sobrevivir con lo que ganaba, empezaba a serle cada vez más difícil su vida nómade, su salud estaba muy debilitada y entonces decidió radicarse en Inglaterra.

Podríamos detenernos en esta decisión de Hudson, este alejamiento para siempre de su lugar de nacimiento, de su pampa.

A los 15 años, Hudson había contraído tifus y luego fiebre reumática y había quedado con serios problemas cardíacos, incluso en ese momento le pronosticaron pocos años de vida, en realidad, más que pocos años de vida, le dijeron que la muerte le sería siempre cercana, que debería cuidarse siempre porque su corazón no resistiría demasiado. Esta enfermedad y estos pronósticos afectaron hondamente a Hudson. Él había soñado una vida salvaje y libre: andar a caballo, vivir a la intemperie, criar animales,  habitar para siempre su mundo maravilloso en contacto íntimo, pleno con la naturaleza.

Hudson llegó a Londres en 1874, pobre y sin contactos. Se instaló en una pensión. La dueña de la pensión, Emily, sería su protectora y su esposa; vivirían largos años juntos. Emily murió casi con 90 años de edad.

En Inglaterra Hudson empieza a escribir su obra. Antes, aquí, sólo llevaba cuadernos de notas, observaciones de naturalista. Hojas sucias que guardaba entre sus mínimas pertenencias de viajero. Es en Inglaterra que inicia su obra literaria y científica.

La tierra purpúrea es su primera novela. La publica por su cuenta y es totalmente ignorada.

Sigue escribiendo artículos científicos y con eso apenas sobrevive. Son sus amigos, los que creen en él y logran que La tierra purpúrea vuelva a publicarse y esta vez sí atraiga la atención de la crítica. Entonces empieza una profusa y exitosa carrera literaria.

El gobierno de Inglaterra le había otorgado una pensión a Hudson por su trabajo como naturalista y conservacionista, fundador de la Real Sociedad de Protección de las Aves. Cuando empieza a ganar dinero con sus libros, Hudson renuncia a esta pensión. Ya no la necesita.

Hudson en uno de los más importantes escritores ingleses de s. XIX.

¿Pero entonces Hudson es un escritor inglés?

Todas sus obras fueron escritas en inglés, esa fue su lengua literaria.

Y sin embargo, Borges, Ezequiel Martínez Estrada, Arturo Carrera reconocen en Guillermo Hudson un escritor argentino, tal vez por eso que decía Rilke: La verdadera patria del hombre es la infancia.

Escribe Arnaldo Calveyra en su libro Allá en lo verde Hudson:

…Hudson…supo transmitir a la página el estremecimiento –que conservó intacto durante los avatares de su vida- del mundo rural que le tocó en suerte. A cada cosa que miró y nombró le forjó una imagen en forma de relicario, y puesto que fundación y memoria van hermanadas, sería bueno que podamos considerar a Allá lejos y hace tiempo, libro escrito en inglés, entre nuestros libros fundadores.

Allá lejos y hace tiempo es un libro fundante de nuestra nacionalidad.


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